Ficha Técnica

No es un roedor como se suele creer; en  realidad es un lagomorfo..

Sus costumbres son diferentes: el roedor usas sus patas anteriores como miembros prensiles, el conejo es incapaz de ello; en cambio, tiene el hábito de estirarse como los gatos. No se trata de un conejo de campo, pero desciende de él; de hecho, son de la misma especie. La mano del hombre en una estudiada selección de los ejemplares salvajes, ha conseguido criarlo en numerosos colores, tamaños, texturas de pelo, incluso con orejas tan largas que se las pisa con sus patas... y convertirlo, finalmente, en lo que hoy se conoce como conejo doméstico. Existen mas de 150 variedades y razas diferente de éste, cada cual más atractiva y encantadora. Pero, si cualquier ejemplar de esta amplia diversidad retornara a sus raíces primitivas, es decir, al campo, solo tardaría dos generaciones en recobrar su aspecto original, el de ese conejo que, con un poco de suerte y paciencia, se puede descubrir pegando botes por la campiña.





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